viernes, 16 de abril de 2010

2010: Erupción del volcán Eyjafjalla, Islandia




Islandia es una isla casi del tamaño de Cuba, en el extremo noroeste de Europa, que en el año 2006 superó la barrera de los 300.000 habitantes y que se encuentra situada en la cordillera dorsal mesoatlántica, una cadena montañosa volcánica sumergida, de norte a sur, que divide al océano Atlántico en dos. Esa ubicación la convierte en uno de los países con mayor actividad volcánica, tanto que cuenta con más de 200 volcanes posglaciales, de los cuales al menos 30 han hecho erupción desde que el país fue establecido en el siglo IX d. C.

Bajo los hielos del glacial Eyjafjallajökull, uno de los más pequeños de la isla (100 km2), yace un estratovolcán, el Eyjafjalla, de 1.666 metros sobre el nivel del mar y un cráter de entre 3 y 4 kilómetros, que ha entrado en erupción desde la Edad de Hielo con relativa frecuencia. La última vez que había hecho erupción fue en el año 1821 y duró hasta el año 1823. A pesar de haber sido considerada una erupción pequeña, provocó deshielos con sus consiguientes desbordes fluviales y cenizas con alta concentración de flúor que tuvo efectos negativos sobre los ganados de la región. Luego de eso, cerró sus fauces de fuego y se echó a dormir.

A mediados de marzo del 2010, un grupo de turistas se encontraban haciendo senderismo - una actividad deportiva no competitiva que se lleva acabo sobre caminos dispuestos para tal deporte - en la región de Fimmvörðuháls, a unos 8 kilómetros al este del volcán dormido, cuando sintieron que sus rodillas chocaron al sacudirse el paisaje. Un temblor de baja escala fue sucedido por una erupción que no pasó de colorear los contornos de la línea del horizonte de un tímido naranja. Pero eso solo sería el pequeño comienzo para algo grande. El 14 de abril del 2010, el volcán explotó en lenguas de fuego, un estallido veinte veces superior al de marzo. El calor emanado provocó un deshielo que afectó a los ríos cercanos, por el cual debieron ser evacuadas 800 personas y la Ruta 1 quedó inutilizada en un tramo de 400 metros. Dado a que la erupción se produjo bajo el hielo glacial, la lava expulsada se enfrió rápidamente formando fragmentos de vidrio que se elevaron junto a la columna de cenizas a unos 6 kilómetros de altitud, convirtiéndose en dagas asesinas para cualquier aeronave que se tope con ellas.

La nube se extendió de tal manera que afectaron el espacio aéreo del Reino Unido, Dinamarca, Noruega, Suecia, Francia, Holanda y Bélgica, es decir, a una cuarta parte del tráfico aéreo europeo. Otros países afectados por los cierres de aeropuertos fueron Alemania (Francfort), Austria, Bulgaria, Hungría, Polonia y la República Checa, hasta el 17 de abril del 2010, fecha de esta nota. Por todo esto, los ferrocarriles del norte de Europa se vieron desbordados por la creciente demanda.


Científicos islandeses anunciaron previsiones de intensificación de la erupción y la NASA advirtió que la erupción podría ser el preludio de una aún más poderosa y destructiva. Se advierte que si la nube de cenizas alcanza la estratosfera (la columna alcanzó los 6 kilómetros y la estratosfera comienza a los 11 kilómetros de altitud) podría producirse un descenso de temperatura a nivel global, debido a que las cenizas reflejarían la radiación solar, como sucedió en 1992 tras la erupción del Monte Pinatubo, en Filipinas.

1 comentario:

  1. Un artículo, una lección de historia y de geología. No me había enterado de nada de esto. Hay expresiones que sobrepasan el lenguaje periodístico hasta darle un tono casi poético en algunos puntos.
    No sé yo si esta bajada repentina de temperatura, tan rara ya en el mes que estamos tendrá que ver. No, sería más probable que se refleje la próxima semana. Pero que las cosas del tiempo andan raras... no hay duda. Ahora mismo llueve y parece que hace fresco. (Me hace ilusión escribir esto, como si fuera un colaborador invitado: les informó del tiempo May desde Valencia, España)
    Un abrazo. Enhorabuena de nuevo por este otro artículo.

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